Los números son criaturas que viven y vibran favoreciendo o entorpeciendo nuestras actividades. La numerología es la ciencia de los números, y sirve para analizar rasgos de carácter, posibilidades de éxito de empresas o predecir con razonable exactitud el futuro.
Jerónimo Cardan (o Cardano) fue un erudito italiano, matemático, físico y astrónomo (descubrió la resolución de las ecuaciones de tercer grado) del siglo XVII, en pleno Renacimiento. Pero también es un nombre importante en la fila de los ocultistas, como astrólogo y numerólogo de nota. A su genio se debe una forma de pronosticar nuestro destino por períodos de un año.
Para averiguar la suerte por el método de Cardan sólo es necesario buena memoria y tener más de 30 años (la edad ideal es más de 40; se trata de pronósticos para los más maduritos), pero esto no interesa mucho porque aunque estemos al borde del peligro, el futuro sigue siendo motivo de preocupaciones e interés.
MODO DE SABER EL FUTURO ANUAL
Anotar cuidadosamente cómo nos fue hace 4,8, 12,19 y 30 años atrás, sucesivamente. De este modo sabremos cómo van a ser los próximos 12 meses en los siguientes aspectos: 1) progreso, realizaciones personales, vida interior, 2) en materia de dicha y quebranto; 3) en lo que se refiere a éxitos o infortunios derivados del trabajo y los negocios; 4) respecto de nuestra vida física y sus vicisitudes tales como el amor de pareja, las desgracias familiares, enfermedades, etc. y 5) sabremos las cosas tristes y fatales que nos han de acontecer.
¿POR QUE SE TOMAN ESOS AÑOS Y ESOS NÚMEROS?
La interpretación se hace teniendo en cuenta estas pautas, según Cardan;
El número 4 es el número de la realización 1 y 2, lo activo y lo pasivo, originan el tres, que es el número del arquetipo de la forma, la ruptura del equilibrio de lo originario. Este equilibrio se vuelve a encontrar en el cuatro.
Por eso en el cuatro el tres vuelve al uno.
El 8 es el estado de equilibrio de la naturaleza, número en el orden venusino. Tiene que ver con nuestro bienestar psicofísico. El 8 al revés es el símbolo del infinito.
El 12 corresponde a los ciclos de Júpiter, el Gran Planeta, por lo tanto su potestad se extiende sobre los asuntos de éxitos y fracasos, aunque en realidad el 12 tiene que ver con lo bueno más que con lo negativo. El 19 vibra en ciclos de Luna y Marte, lo que nos puede agredir y dañar. Por eso se habla de familia, de amor de pareja más que de los sentimientos eróticos, que pertenecen a Venus.
Es un número delicado de analizar y muy complejo. El 30 es número de Saturno, enigmático, misterioso, sólido y fatal: se lo asocia a la desgracia y a lo inevitable. Es la mejor expresión del destino.