Sin dudas, el estereotipo de una persona que explota el don de la videncia no se encuentra completo sin una bola de cristal, el recurso de videncia más popular en todo el mundo. Si bien no es lo más frecuente en la actualidad, son muchos los videntes que trabajan con esta herramienta para realizar sus predicciones, como medio para acercarse más a las energías del consultante.
La bola de cristal es un elemento que forma parte de los rituales de adivinación desde la antiquísima civilización egipcia, una de las sociedades donde más se valoraba a las prácticas de videncia. Como todo elemento orientado a estimular las capacidades de videncia, la bola de cristal debe ser considerada un objeto serio, y debe ser tratada con cuidado y sumisión. A través de ella, un vidente es capaz de percibir importantes variaciones en la energía.
Otras variantes de la videncia y la adivinación
Muchos videntes se sirven de ciertos objetos para poder realizar sus aproximaciones al futuro. Un ejemplo de esto son la cartomancia, es decir, el uso de cartas para llegar a tener un panorama de lo que vendrá, o la lectura de runas, de palmas de la mano, de bola de cristal y muchas más.
Entre otras prácticas se encuentran la lectura de la palma de la mano, en la que se interpretan las líneas naturales, y la lectura de la borra de té. También existen videntes que, para realizar su aproximación a los consultantes, piden una foto o una prenda de aquella persona por la cual se consulta.